Es el tiempo señalado por Dios para la restauración de todas las cosas. Me viene a la memoria las palabras de Víctor Hugo, que se leen a menudo en esos libritos o folletos de pensamientos célebres: “Hay algo más poderoso que todos los ejércitos del mundo, y eso es una idea cuyo momento ha llegado”. En este caso no es una idea, pero es el tiempo de la restauración y nada la va a detener.
¿Por qué le llamamos restauración? Simplemente porque antes, (léase los últimos siglos de la era cristiana) no ha estado operativo. Tal vez porque la iglesia había abandonado dichas verdades, o más bien habían sido descuidados con el pretexto de que los ministerios de apóstol y de profeta habían cesado cuando se completó de escribir la Biblia. Es lamentable que por la mala interpretación de 1 Corintios 13:8, se haya perdido tanto en tanto tiempo.
Al tiempo presente, Dios viene efectuando un cambio de actitud en su iglesia, preparando "un pueblo bien dispuesto" (Lucas 1:17), de modo que nos hemos dado cuenta que la democracia, gobierno del pueblo, en la iglesia no es lo que estableció el Señor, sino la teocracia, gobierno de Dios, por medio de sus autoridades establecidas. Asimismo hemos entendido que Jesús formó apóstoles, la iglesia comenzó con apóstoles y recibirá al Señor con apóstoles.
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